lunes, 22 de junio de 2009

Ayer y Hoy





En la vida siempre hay un antes y un después. Un día en el que de repente las cosas son diferentes que ayer. Un punto de inflexión y de no retorno. Ayer sí, hoy no. Y ya nunca más nada volverá a ser como antes.

Ya nunca más disfrutaré de tu invisible pero constante compañía. Ni compartirás conmigo tu mirada cómplice. Nunca más estarás ahí. Y no valió de nada hacerse a la idea. Porque mientras estabas, no podía hacerme a la idea de tu ausencia. Mejor o peor, pero estabas. Podía disfrutar de tu presencia. De tu tacto, de tu infinita complicidad. Pero ahora que no estás, no puedo superar tu ausencia, y no cabe más que recordar los momentos que ya no volverán. Nunca volverán.

La muerte se lleva definitivamente de nuestro lado a quienes amamos, y no tiene vuelta atrás.

Las decisiones son fáciles de tomar cuando existe un plan B. Cuando uno se plantea que lo que harás, en el peor de los casos, tendrá otra salida de emergencia. Pero lo cierto es que la ausencia infinita de alguien que llenó tu vida no tiene salida de emergencia. No habrá forma de salir de la nostalgia absoluta que generará su recuerdo cada vez que la cruda sombra de su ausencia aparezca en nuestra mente oscureciendo cada pensamiento.

La única presencia que dejamos en este mundo es la de los recuerdos que proyectaremos en la mente de quienes disfrutaron de nosotros en vida. No podré dejar de acordarme de ti siempre que entre en casa y nadie se acerqué hacia mis rodillas a saludarme. Echaré de menos esa forma de olisquearme para averiguar en qué lugares he estado, o qué he hecho. Me acordaré de ti tanto que sé que va a doler. Y tus fotos dolerán por recordarme que ya no puedo disfrutar de quien fuiste.

La degradación del cuerpo me hace pensar que estamos aquí de paso. Parecería lógico pensar que en un universo infinito existe un lugar en el que descansar después de pasar por esta vida y por esta muerte. Yo nunca tuve una mente matemática. Jamás comprenderé que dos rectas paralelas se corten en el infinito. Porque el infinito para mí no es un lugar. Lugar es el césped del jardín. Era mi cara sobre tu pelaje calentado por el sol del verano. Bienestar y cariño. Eso es infinito. No recuerdo ni un sitio donde me sintiera más en casa que sobre tu lomo. Y siempre pensaba que ahí contigo mis problemas eran menos. Si para ti no significaban nada, yo quería pensar que por un ratito para mí tampoco. Infinito era el cariño de tu mirada. Tus ojos brillantes detrás de un flequillo. Un lametazo en la cara llena de lágrimas. Tu compañía. Tu presencia en cada momento de mi vida desde los once años.

Ayer estabas aquí, y hoy no sé donde estás. Y eso me angustia, pues sé que tu infinito estaba a mi lado. Sólo con estar conmigo eras un perro feliz y yo, una persona mejor. Siempre me has parecido el cariño más puro. La mejor demostración de fidelidad y de amor incondicional. Y por eso nunca podré olvidarte ni dejar de quererte. Hasta el infinito, con lo que eso signifique. Y más allá.

La diferencia entre ayer y hoy es que ayer era una persona completa, y hoy me faltas tú.

4 comentarios:

Maitane dijo...

,No puedo aclararte donde estoy porque ni siquiera yo lo sé.Pero si puedo asegurarte que estoy bien.

Curioso, no me duele nada y me muevo con soltura, ahora salto tan alto como cuando era un díscolo cachorro.

Has de saber que me he llevado conmigo el olor de tu cuerpo y el sabor salado de tus lagrimas, el olor de las bellotas, las adelfas y las hormigas de mi jardín, la sombra del porche y el frescor de las baldosas en mi barriga.

Me he llevado el tacto suave de tus manos,el olor de tus muñecas infantiles, de tus libros y de tus fotos.

Me llevo el corazón de perro repleto de buenos recuerdos.

¿Sabes? He sido un perro feliz, nunca me falto de nada y todos en casa teníais un rato para rascarme la cabeza.Cuando abstraida veias la tele, me acercaba despacio bajo tu mano, esa que colgaba descuidada sobre el brazo del sofá, golpeaba suavemente tus dedos y tu me acariciabas ahí, donde tu y yo sabíamos que tanto me gustaba.

Te he visto pasar de niña desmañada a preciosa mujer y he aspirado cada momento de tu vida porque tu formabas parte de la mia.

Tus recuerdos son imagenes,en tu mente y en papel.
Los mios son aromas y cada vez que los evoco os siento aquí conmigo.

¿Ves? Son las paralelas que se juntan, te lo aseguro, aquí en el infinito.

Zutik

Así estoy: en pie

Yo dijo...

Dicen que somos polvo de estrellas y nunca hubo mayor verdad.Me incorporaré en breve a la vida quizás en forma de oruga,de bacterias o de paloma o más probablemente formaré parte de todos ellos a fin de cuentas lo que me compuso sigue aquí.

Cada vez que pienses en mi, se agitará el muñón de mi cola.


Sé que mi cola se moverá a menudo al principio, porque cada vez que oigas un ladrido te acordarás de los mios.Cuando el viento entreabra la puerta de tu habitación mirarás por si soy yo que empujo con el hocico para entrar y enroscarme a tus pies.
Echarás un vistazo a la esquina de la cocina donde solia estar mi plato y me extrañaras y aflorarán las lagrimas a tus ojos de miel y sentirás que un puño te estruja muy dentro de ti.

Nai, duele al principio...
Luego el dolor se diluye como un grano de sal en un oceano, me recordarás después sin angustia, solo con nostalgia y mi cola se moverá con más brio aunque mas de tarde en tarde.

Zutik

yo dijo...

Cuando mi madre humana me envolvió en mi mantita para llevarme al coche ya ni me importó. Solo cerré mis ojos y me dejé llevar.
Me llevó donde quien de cuando en vez, arreglaba algún malestar menor, una picadura de esas hormigas que tanto me atraen o esas setas vistosas que crecen en mi jardin y que aunque me sientan tan mal, no me resisto a comer. Huelen tan bien!!!

No se porqué mi dueña solloza y me deja sobre la mesa y me moja la cara con sus lagrímas. Cuando a ella le duele algo soy yo quien me tumbo a su lado para que sepa que no esta sola, ahora en cambio debo ser yo el motivo de sus lágrimas aunque no se muy bien porqué.

Me ha besado en mi raiz mojada y fijo en ella mis ojos redondos. Cuando la miro se que todo irá bien. Siempre ha sido así.

Siento un pequeño picotazo en mi patita delantera y el sueño cae sobre mi como una losa, cierro los ojos. Ya despertaré más tarde cuando vengan a por mi.

Que bien me encuentro....

Me siento extraño porque por primera vez en mucho tiempo siento mis patas fuertes y noto como mi corazón late con intensidad. Hasta ayer mismo ( creo) no podía caminar pues me sentía débil y agotado, deseando cerrar mis ojos para siempre descansar.
Veo mi nuevo mundo entre el flequillo que cubre mis ojos negros y decido que está bien.


Huele todo a nuevo, a amigos que me esperan para jugar, a flores y hojarasca, a brisa fresca llena de olores a noticias nuevas. Deseo volver a correr tras una pelota y revolcarme sobre la hierba fresca. Despreocupado de todo.
Eh! Se acercan vecinos!!!
Cuantos son!!!!

Que suerte, estaré acompañado dia y noche, sus colas se mueven alegremente creo que soy bien recibido, siempre desee estar en una manada de cuatro patas y olisquear a muchos amigos.

No me pesa la cabeza y esta pata trasera que últimamente me dolía tanto la siento fuerte como una roca.

Solo me extraña una cosa, no veo mi jardín ni mi cojín, mi plato tampoco está pero aun no siento hambre. Seguro que me lo traen más tarde pues en casa siempre estan pendientes de mi.

Mientras espero a que vengan pienso aprovechar estas nuevas compañias, ese perro blanco de pelo rizado parece simpático quizas quiera jugar a perseguirnos. Me divierto mucho así y hacia mucho que no podía correr.

Pienso aprovechar cada segundo en este lugar

Creo que estaré aqui muy bien

Yo dijo...

Aqui estoy tumbado a la sombra de un gran tronco, con las patas cruzadas y la cabeza reposando sobre ellas, miro hacia el prado verde salpicado de colores y pienso en ti.

Pienso en ti pero no estoy triste, tan solo te espero. Como tantas y tantas veces he hecho.

Cuando te preparabas, te seguía con atención, pronto descubrí que los cambios en tu extraño pelaje de quita y pon y los multiples olores con los que te impregnabas iban seguidos, casi inevitablemente de tu partida.

Recuerdo cuando era tan solo un cachorro, la angustia que me embargaba cuando veía que salias por la puerta y te alejabas dejándome una estela aromática como única compañia y la sensación de la soledad más completa e interminable.

Aprendí rápido que tras la marcha viene el reencuentro y al oir tu voz anunciando tu vuelta a casa o mas tarde el ruido ronco del coche, mi corazón saltaba de impaciencia .

Siempre que te has ido has vuelto ¿ Por qué iba a ser ésta vez diferente?

Por eso te espero.