martes, 8 de octubre de 2013

Catfish... Mentiras en la Red

El otro día estuve viendo un programa de televisión muy curioso en MTV. Se llama "Catfish". Los presentadores (y productores) del programa son contactados por personas que tienen una relación online con alguien, pero sospechan que la identidad de la persona que está al otro lado de la pantalla del ordenador, puede ser distinta de la que les han contado.


En el programa aparecía una chica que se había prometido a un joven que no había visto nunca. Misteriosamente en dos años no habían podido verse ni por web cam. "¿No te parece extraño?" le preguntaba el conductor principal del programa, Yaniv (Nev) Schulman. Y ella, simplemente, decía que confiaba en él. Confiaba a ratos, puede decirse, porque la realidad es que había escrito al programa porque algo había dejado de tener sentido hace tiempo. El muchacho le había mandado una serie de fotos que quitaban el hipo. Un guapísimo hombre de color, con los ojos claros, una sonrisa imponente,y un cuerpazo de escándalo... Y unas de  esas fotos que cantan a estudio y a portada de revista a kilómetros. Decía que era un cantante de rap, y siempre estaba grabando en el estudio. De ahí que no pudiese quedar, o no tuviese tiempo de conectar la web cam. Nev y Ariel (su compañero de aventuras) tardan más o menos media hora en desenmascarar al impostor. Primero comprueban que las fotos pertenecen a un muchacho que es modelo, y nada tiene que ver con el supuesto prometido de la chica. Después, descargando las canciones que el supuesto rapero le manda a ella por internet, llegan a la conclusión de que están lejos de ser las grabaciones de un estudio profesional. Así que buscan esos archivos en internet, y encuentran al autor de los mismos. 

- "Mira"- le dicen a la protagonista de la historia- "éste es el chico que ha compuesto las canciones. ¿Le conoces?"

- "Sí... Pero... No entiendo nada... Es el primo de mi mejor amiga. Vive con ella cerca de aquí..."
Total, que allá se van, cámara en mano, Nev, Ariel y la muchacha a desenmascarar al primo cabrón que llevaba dos años engañándola. Resulta que, efectivamente, con quien había estado hablando por teléfono, ése que definía como su alma gemela, su media naranja, y no sé cuántas cosas más, era el primo de su amiga. Un chaval escuchimizado y feito, nada que ver con el dios de ébano que la pobre infeliz había imaginado esperándola en el altar. Pero no es esto lo peor de todo. Lo que riza el rizo es que la idea fue de la maldita amiga. Sin saber qué hacer cuando la protagonista de esta historia empezó a salir de fiesta y despendole y llevarse a un tío distinto a casa cada noche, decidió que la mejor manera era que se echase un novio. Y como lo de echarse novio físico ya no se lleva, ni corta ni perezosa se compró un móvil para comenzar su "affair", se hizo un perfil de facebbok para el caballero andante, y empezó a ligarse virtualmente a su propia amiga. Cuando ella quiso hablar por teléfono, metió a su primo en el montaje, y siguió con la mentira. 
Yo miraba atónita la televisión, con los ojos como platos, pensando cuántas veces las realidad supera a la ficción. Mira que sé que las mujeres podemos llegar a ser malas, retorcidas, y sobre todo nos gusta meter la nariz en todo lo que no nos incumbe... Pero si esto llega a ser el argumento de una peli, hubiese pensado que era hasta rebuscado. Supongo que, pensando lo mismo que yo, Nev le pregunta:
- "Pero... ¿por qué le dijiste que sí cuando te pidió matrimonio?" 

Yaniv Schulman, el presentador y productor del reality, que además lo ha vivido en su propia piel, como demostró en la peli "Catfish" del 2010.
La amiga contesta que le pilló tan de sorpresa, que no supo reaccionar de otra manera. Y la pobre alma cándida prota de esta historia, no podía creer que, al final, se había quedado sin el negrazo tío bueno cantante de rap, sin su mejor amiga, y sin autoestima.

Se acaba el programa y una piensa... ¿Cómo puede haber gente tan ingenua en el mundo? Y creo que simplemente a veces tenemos ganas de creernos las cosas. Estamos más cómodos y más felices así. Sabemos que puede no ser real, que nos estamos autoengañando... Pero también sabemos que buscar la verdad puede ser mucho más doloroso. Sin embargo, es precioso pensar que hay un tío monumental que te conoce mejor que la mejor de tus amigas, que te quiere sin haberte visto nunca, y quiere pasar el resto de los días de su vida contigo, simplemente porque eres genial. Porque, para qué engañarnos, este pensamiento es la bomba. Es fácil, es bonito y es maravilloso. Y es que sería estupendo que todo funcionase de esa manera tan sencilla. Ahora bien, no sé los años de terapia que le harán falta a la pobre protagonista para superar esta historia... 


Viendo otros capítulos, creo que el mundo está dividido entre los que necesitan creer, y los que necesitan engañar, porque su realidad tampoco les gusta. Me preocupa esta tendencia que tenemos a intentar ignorar la realidad y buscarnos otra que nos gusta más, aunque no exista. ¿No es más honesto intentar sacar lo mejor de lo que uno tiene? ¿No es eso mejor que intentar engañarse a uno mismo o engañar a los demás? Esta tendencia ha debido existir desde siempre. El engaño es tan antiguo como el ser humano. Lo malo de nuestra época es que internet ahora le da cobijo y aliento a todas esas personas que son amigas de los disfraces y las farsas. Estas historias, como es lógico, siempre acaban mal. Pero me parece interesantísimo el formato del programa. Sobre todo, cuando uno investiga y resulta que a Neve le pasó lo mismo, y grabó una película documental al respecto en 2010, que también se llama "Catfish". Resulta que al pobre le engañó la dama del drama, que llegó a inventarse, no sólo al personaje del que se enamora Nev, sino que, para hacerlo más creíble, se inventa a todos sus amigos y les crea perfiles de Facebook. 

 El marido real de semejante "drama queen" le cuenta a Nev una historia sobre el pez "Catfish" (en español siluro; ése pez que tiene como bigotes y siempre está rebuscando algo en el fondo de los pantanos, y la arenilla de los acuarios) que servirá para poner título a la película y al reality. Le cuenta una historia sobre un problema cuando se transportaba bacalao vivo desde Asia a Norte América, y la carne acababa blanda y asquerosa por la inactividad del pez durante el largo tiempo del trayecto. Para que los bacalaos estuviesen activos y su carne se mantuviese tersa, de acuerdo con la historia de Vince, el marido de nuestra inventiva amiga, los pescadores empezaron a poner siluros con los bacalaos para que les mordiesen en la cola y les mantuviesen activos. Vince dice que su mujer es como esos siluros, porque la vida sería aburrida y monótona si no tuviésemos a alguien mordiéndonos en las aletas.


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