sábado, 14 de abril de 2012

Merda d'artista

Estas vacaciones de Semana Santa tuve la suerte de volver a visitar el Guggenheim de Bilbao. La experiencia de visitar el Guggenheim siempre merece la pena, porque es un edificio único en el que es maravilloso perderse. Cada vez descubres nuevos espacios y perspectivas que te dejan con la boca abierta.

"Guggenheim de BIlbao" de Naiara Briones
Fotografía de Naiara Briones
"Guggenheim de BIlbao" de Naiara Briones
"Guggenheim de Bilbao" de Naiara Briones
"Guggenheim de BIlbao" de Naiara Briones
"Las entrañas del Guggi" de Naiara Briones


Una de las exposiciones temporales que tienen en este momento es la de Brancusi- Serra. En ella se exploran y yuxtaponen los conceptos de espacio y tiempo en las obras de Constantin Brancusi, y Richard Serra. Una de mis esculturas favoritas de todos los tiempos es "El beso" de Brancusi (del que ya hablé en otro post), así que por mi parte la expo mereció la pena sólo por el hecho de ver las versiones de la escultura al natural. Mereció la pena por eso, y porque me dio para hacer la reflexión que comparto hoy. 

Si un creador es muy aofrtunado, habrá un momento en su vida en el que sienta que , artísticamente hablando, ya puede morir tranquilo. El momento en el que ha conseguido hacer su obra maestra, esa idea, ese concepto, esa película, ese libro, por el que se le recordará como un genio hasta que el mundo deje de ser mundo. Está claro que hay autores que han conseguido esto sin darse cuenta, como puede ser un Van Gogh después de pintar sus Girasoles o su Noche Estrellada. Ahora considerado un genio de la pintura, este pintor fue en su época fue un absoluto incomprendido. Sin embargo, volviendo a la expo que nos ocupa, hoy día creo que Richard Serra puede sentir que la obra maestra de su vida creativa, está dentro del Museo Guggenheim (en la exposición permanente del museo) y se llama "La Materia del Tiempo".

"La Matera del Tiempo" de Richard Serra
"La Matera del Tiempo" de Richard Serra

"La Matera del Tiempo" de Richard Serra
"La Matera del Tiempo" de Richard Serra

Recuerdo la primera vez que fui al Guggenheim, poco tiempo después de su inauguración. Estas monumentales obras me dejaron sobrecogida. Fue la primera vez que tuve la experiencia de meterme literalmente dentro de una obra de arte. Una obra puede transmitirte muchas sensaciones incluso si es una pequeña ilustración del tamaño de una cuartilla. Sin embargo, eslas obras de Richard Serra te absorben, y uno es transportado en el tiempo y en el espacio a otro lugar, a otra época. Para mí, uno se siente de repente en el claustrofóbico laberinto de Alicia en el País de las Maravillas, o en la película de el Laberinto. Caminando dentro de estas obras, parece que uno se vaya a encontrar con los extraños personajes de estos filmes. 

Pero Richard Serra es un artista, que tendrá que seguir generando ideas durante toda su vida, y creo que difícilmente podrá mejorar "La Materia del Tiempo". Las obras de los últimos años de Serra como "La consecuencia de la consecuencia" o "Pesos alzados", son obras que para mí están mudas, porque ya no hablan con el espectador. Una vez oí decir a Daniel Canogar que es muy exigente el trabajo del artista, porque cuando una exposición está en marcha, uno tiene que ponerse a generar ideas para la siguiente, y es muy difícil superarse a sí mismo. Cada año una nueva serie, un nuevo concepto, una nueva idea. Es agotador. Lo que no tengo claro es que en el mundo del arte exista la exigencia real de tener que superarse a sí mismo una vez que se ha alcanzado el éxito. 

En el mundo del cine o de la literatura. Uno dirige una película como "El Sexto Sentido", y ya puede estar tranquilo porque dejará este mundo con una obra por la que será recordado para siempre. Lo malo es el resto de la vida que le queda por delante, durante la que nunca llegará a hacer algo tan bueno, y se lo recordarán constantemente. 

Con esto quiero decir que uno gana el cielo creativo cuando es capaz de generar una obra genial. Hasta ahí de acuerdo. Pero igual que la crítica de cine no catalogó a "The Village" de M. Night Shyamalan de obra maestra del cine ni mucho menos, ¿por qué parece que en los museos de arte contemporáneo todas las obras de un artista están en el mismo nivel de genialidad? ¿Por qué no se cultiva en carácter crítico en el mundo del arte moderno y sí en la literatura, la música o el cine? Creo que esto perjudica a la calidad del trabajo de muchos artistas.

Ante esas pinturas negras de Serra que cuelgan en la pared del Guggenheim totalmente monocromas y deprimentes, yo no podía hacer nada más que pensar en Yves Klein, a quien ya se le ocurrió hace muchos años (finales de los '50) pintar grandes superficies de un color, y llamarlas "Monocromías". Por lo menos él tuvo la genialidad de inventar el International Klein Blue, y se puso el mundo por montera. A veces ya no tolero que en las audioguías de los museos se contemplen las obras como si fueran todas genialidades únicas en la historia. Cuando uno tiene un nombre en el mundo del arte, parece que todo lo que toca se convierte en arte sin pasar ningún tipo de control. Esto ya nos lo avisó Marcel Duchamp con sus Ready Mades. O el genial Piero Manzoni, que enlató sus heces en la conocida obra "Merda da Artista", y las vendió al precio del oro de la época (1961). Hoy en día, estas latas que contienen 30 gramos de mierda, alcanzan cifras en el mercado del arte de hasta 4 y 5 cifras en euros. Lo mejor es que no se sabe ni lo que hay dentro de las latas, si las heces de Manzoni, de algún animal, o incluso otro material. ¡Qué bien calados tenían estos artistas al mercado del arte! Creo que hace falta menos retórica y más afán de superación, aunque ya se crea que se ha tocado el cielo.


"Merda d'artista" de Piero Manzoni
"Merda d'artista" de Piero Manzoni

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