martes, 2 de abril de 2013

La Vuelta a la Normalidad

Las vacaciones saben a poco. Cuando ves todos esos días por delante sin gener obligaciones ni anotaciones en la agenda, te parece un sinfín de tiempo delicioso en el que perderte. Cuando ese tiempo ha pasado y te enfrentas a tu primer día de vuelta a la rutina, parece que nos supieron a poco las vacaciones. 

Sin embargo, no sería posible seguir adelante sin estos pequeños recesos en nuestra cotidianidad. Salir de nuestro entorno, ver algo nuevo, respirar otros aires, llenar nuestras vidas con algo diferente. Volver de nuevo a casa, siempre un poquito más viejos, y con unas experiencias más en a mochila. 

Eso sí, cuanto más largas las vacaciones, más dura la vuelta al día a día. Dicen que hay que tomárselo con calma, poco a poco, ir recuperando el horario, las ganas, la costumbre a la acumlación de responsabilidades y problemas. No sé vosotros, pero yo cuando vuelvo al trabajo, tengo la sensación de que no ha pasado el tiempo. Que me fui el fin de semana, y ya estoy de vuelta en mi puesto. Parece que no han pasado esos días de descanso. Los problemas están exactamente donde los dejaste. Las hadas no han aparecido de noche para solucionarte la vida. Y dices... "Parece que no he tenido vacaciones".

Pero en el fondo, no seríamos capaces de enfrentarnos a nuestra rutina sin unos días de desconexión. En vacaciones, se te tiene que olvidar la cara de tu jefe, tu horario y el día en el que vives. Yo, en vacaciones, no suelo llevar ni reloj. Con eso lo digo todo. Por eso el día de hoy se está haciendo un poco cuesta arriba. Pero paso a paso uno va llegando donde se propone. La clave es que las metas no sean demasiado ambiciosas para la primera semana. Más aún para el primer día. Hoy, a tomárselo con un poco de calma. Que tengáis una buena vuelta a la normalidad.

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