jueves, 7 de junio de 2012

Ballets Rusos

El post de hoy comienza en un trozo de papel de una libreta en un hotel de Londres. Tres compañeros de trabajo reunidos hablan de las posibilidades de su nuevo proyecto juntos. Cada uno expone su punto de vista, y uno hace en un trozo de papel un boceto para explicarles a los otros dos la idea que tiene en mente. Esta escena sucedió hace muchos años. Sin embargo, el otro día yo estuve mirando justamente ese trozo de papel, colgando en una pared de una de las salas de exposiciones de CaixaForum. Estaréis intrigados por saber quiénes son esas tres personas. Os lo voy a contar, aunque no creo que en principio os suenen mucho.

Gabrielle Enthoven, Vaslav Nijinsky y Serguèi Pavlovich Diàguilev
Gabrielle Enthoven,  Serguèi Pavlovich Diàguilev y Vaslav Nijinsky

Quien hizo el boceto en el pedazo de papel del hotel Savoy de Londres, fue Vaslav Nijinsky, un afamado bailarín de los Ballets Rusos. Sus compañeros eran Gabrielle Enthoven y Serguèi Pavlovich Diáguilev. Éste último fue el director y creador de la compañía de danza los Ballets Rusos, fundada hace ahora cien años. Su mayor logro fue revitalizar el panorama de la danza, encargando sus producciones a los mejores artistas, coreógrafos y compositores de la época. 


Cartel_Ballets_Rusos 
Hoy os hablo de una exposición que ya no se puede visitar en Madrid (terminó el 3 de junio), pero aún así quiero compartir mis impresiones. Hace unos días, cuando fui a CaixaForum, me dirigía a ver otra muestra, pero decidí darme una vuelta por esta expo para conocer algo más del mundo de la danza (de ahí el fallo de cálculo con respecto a la fecha en que terminaba). El recorrido me encantó, sobre todo porque cuenta con piezas como el trozo de papel que ha dado paso a esta reflexión. Papeles, bocetos, maquetas, dibujos o carteles anunciadores, son piezas que normalmente se entienden como parte del proceso, pero no se exponen. No son la obra final. Están escondidas a nuestros ojos. Sin embargo, son la parte más interesante del proceso creativo. En esta exposición se muestran maravillosos carteles de artistas como Pablo Picasso o Valentin Serov, anunciando los Ballets Rusos.  Se muestran bocetos de los figurines de vestuario (si alguien que esté estudiando escenografía lee este post, que no deje de pasar la oportunidad de ver exposiciones de este tipo), maquetas de escenografías hechas con madera y cartón, pinturas a gouache, tinta y témpera, y, en resumidas cuentas, todo el proceso de creación de los artistas involucrados en el desarrollo de un espectáculo como es la danza.

Los Ballets Rusos se refugiaron en España en la Primera Guerra Mundial. Alfonso XIII respaldó a la compañía, permitiendo que actuaran en Barcelona y Madrid, y que hiciesen un gira por el país. Este vínculo con nuestro país, hizo que Diáguilev involucrase a artistas españoles en el diseño de sus escenografías. En esta exposición podemos ver el escenario y la colección de figurines de "El Sombrero de Tres Picos" que realizó Picasso, que es una maravilla. Esta faceta de muchos artistas es bastante poco conocida, pero muy interesante. El trabajo de Picasso es magistral.

Escenografía "Sombrero de Tres Picos" Picasso
Boceto para la escenografía de "El Sombrero de Tres Picos" realizada por Picasso


"El Sombrero de Tres Picos" de Picasso
Figurines para el vestuario de "El Sombrero de Tres Picos" de Picasso

Mi vestuario preferido de la exposición, es el creado por Giorgio de Chirico para el ballet Le Bal. Es totalmente como entrar en uno de sus cuadros
 
"Ballet Le Bal" Giorgio de Chirico
Un espectáculo como el ballet se programa para una serie de días y horas determinadas, pasadas las cuales, solo quedarán para el recuerdo los vestuarios, los carteles, los bocetos, el atrezzo, las maquetas, y hoy en día la grabación de la actuación. Pero la experiencia ya nunca volverá a ser la misma. Ver el proceso creativo detrás de estas piezas de los Ballets Rusos da muchas ganas de poder verlos en acción. 

Personalmente nunca me ha gustado ver exposiciones de vestuario, porque me parece que los vestidos puestos en maniquíes pierden toda la magia que tienen cuando están enfundando a gráciles bailarines.  Quizá por eso no era mi intención entrar en la exposición, pero un detalle a su favor incluso en este sentido, es que muestran fotografías de época de los bailarines posando con los trajes, y uno puede imaginarse un poco más cómo fue aquella función. 

Serge Lifar y Alice Nikitina en La Chatte
Serge Lifar y Alice Nikitina en La Chatte (La gata) en 1927

Dicen que Diaghilev nunca dejó que grabasen en cine sus actuaciones. Primero, porque el cine era aún mudo, y segundo porque era el blanco y negro. Esto quitaba al espectador más del 50% de la experiencia que tendría al ir a ver el ballet al natural. Al ver las fotos en blanco y negro de los vestuarios y escenarios pasa un poco lo mismo.
No sé si a Diaguilev le hubiese gustado esta exposición, en la que exponen hasta el último recibo de su estancia en un hotel que se quedó sin pagar. Amí me ha encantado esta exposición porque es una historia del proceso de creación de un espectáculo, y de una fórmula para el éxito: poner a trabajar a los artistas de vanguardia para producir obras visuales nunca antes vistas. 

Grabrielle Enthoven debió de verlo claro cuando guardó aquel trozo de papel en el hotel Savoy de Londres en 1911 con el boceto realizado por el balarín Nijinsky, comenzando así la colección de Teatro y Performance del Museo de Victoria y Albert

Os dejo un par de vídeos para que os apuntéis a la próxima:








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