miércoles, 13 de junio de 2012

O-B-D-C


El Roto O-B-D-C
El Roto "O-B-D-C"

Soy una firme creyente en la disciplina. Creo que a cierta edad, lo creamos o no, la disciplina es imprescindible para crecer sabiendo lo que está bien y lo que está mal; lo que podemos hacer y decir, y lo que no; cómo debemos tratar a nuestros mayores; cuál es la forma correcta de comportarse. Creo que los niños necesitan límites, y que no ponérselos puede implicar que tengan serios problemas en su desarrollo personal posterior. Uno puede tener problemas de autoestima cuando madura tanto por un exceso de disciplina (padres y profesores demasiado exigentes y rígidos, sin los cuales uno se siente perdido al tener que desenvolverse solo en la vida) como por defecto (padres y profesores para los que todo está bien, por lo que nos equivocaremos muchas veces sin su supervisión en la vida, y empezaremos a dudar de nosotros mismos).

Habiendo dejado clara mi postura, también creo que esta disciplina que imponemos, tiene que dejar un espacio para la creatividad y la toma de decisiones. Tenemos que enseñar a los niños a comportarse, a discernir lo moral de lo inmoral, y una vez maduran, tenemos que enseñarles a pensar y decidir por sí mismos. El sabio refranero español lo deja bien claro: “una de cal y una de arena” o “en el punto medio está la virtud”. Es muy difícil encontrar el punto medio, sobre todo cuando se intenta educar a tantos niños y tan diferentes. A veces me doy cuenta de lo acostumbrados que están los niños a hacer exactamente lo que se les pide que hagan. Uno de esos momentos es cuando corrijo trabajos de Educación Plástica. Cuando propones un trabajo, les das unas guías, y ellos te piden todas las especificaciones posibles para saber de qué manera van a sacar más nota (cuáles van a ser tus criterios al corregir): si pongo más color, si utilizo esta técnica, si pongo más figuras, si lo hago más grande o más pequeño… Pero pocos son los que utilizan las directrices que has dado para hacer algo donde intervenga, además,  la creatividad. Esto pasa porque están acostumbrados a que innovar suele ser sinónimo de salirse del camino establecido, y sacar menos nota o enfrentarnos a una reprimenda.

A mí me costó mucho deshacerme de la forma en que aprendí a hacer las cosas en el colegio. Me costó hasta 2º de bachillerato darme cuenta de que podía cuestionar lo que está escrito en los libros (aunque sean libros de texto y me los haya tenido que estudiar), o lo que dice un profesor. Todo en esta vida es subjetivo, porque todo lo han producido, pensado o escrito personas, o sea, sujetos. Aprender a cuestionar nos da libertad, nos hace personas críticas con el mundo en que vivimos. No sé si nos hace más felices, porque es verdad que cuando no te crees todo lo que ves, lo que oyes o lo que lees, creas más indignación en tu interior que cuando crees todo lo que escuchas.  Pero sí es verdad que nos hace personas más libres. Y eso, a la larga, hace que las sociedades funcionen mejor. Pero eso no lo enseñan en casi ningún colegio, porque es más incómodo.

No sé si alguno tenéis la experiencia de dar clase. La verdad es que creo que, como tantas cosas, todos deberíamos experimentarlo, al menos una temporadita de nuestras vidas. Los alumnos más fáciles son los que nunca cuestionan lo que dices. Eres el profesor, y punto. Los alumnos que cuestionan lo que dices te ponen a prueba y hacen tu día a día más difícil. Sin embargo, a la larga, esos alumnos son un reto que nos hace renovarnos y pedirnos cada día un poco más a nosotros mismos. No me refiero a alumnos que te cuestionen como persona, si no a esos alumnos que realmente se paran a pensar en lo que dices, y a veces no les cuadra. O les cuadra tanto, que establecen una conexión muy especial contigo como profesor, que recordarán toda su vida.

Os voy a poner un ejemplo visual. Hay veces que los alumnos me sorprenden y tomo nota de sus reacciones o hago fotos de sus trabajos para tener una ilustración de mis pensamientos para mejorar mis clases, mis criterios de evaluación y, por qué no, mi visión del arte y de la vida. Siempre estamos aprendiendo de la visión de los demás. Explicando teoría del color a alumnos de 12 años, nos encontramos con los colores primarios, secundarios, complementarios, el círculo cromático, etc. Estas son las ilustraciones del libro que explican las relaciones entre los colores:
Teoría del Color
Teoría del Color

Éste es un ejercicio del libro que me gusta que hagan para que consigan un efecto de transparencia a través de los colores (el número 1):

Teoría del Color
Ejercicio Teoría del Color

Después de darles las mismas directrices a todos para conseguir un trabajo parecido al de la muestra, y sin mucho margen de maniobra, se obtienen resultados muy distintos. Parece que todos van a ser iguales, pero, al ponerte a corregir, te das cuenta de que hay interpretaciones tan distintas como estas que os muestro:

Teoría del Color
Teoría del Color

Este trabajo está bien entendido, bien pintado, bien mezclado y, según los criterios de evaluación establecidos es un 10.

Teoría del Color
Teoría del Color

Este otro alumno no ha trabajado con colores planos, los bordes no están depurados, las superposiciones se han amontonado y, sin embargo, tiene un alma y un carisma especial. ¿Lo veis? El primero ha seguido las normas, y es un 10. Al segundo no le puedo poner un 10 porque no sigue los criterios que se han dado en clase (pintura plana, bordes nítidos), pero tiene una plasticidad y una composición muy interesante. La composición de la zona central está muy bien trabajada, dada la dificultad que presentaban las superposiciones de las figuras tal como están colocadas. Este alumno ha ido un poco más allá. El resultado, según los criterios, es que no ha seguido las normas y, aunque sea genial, no puede sacar tan buena nota como el primero porque no sería justo.

He empezado este post con un comic de "El Roto" que creo que ilustra muy bien su contenido. ¿A qué se enseña en las aulas? A veces a o-b-d-c-r. La obediencia hasta un cierto punto es necesaria. Por eso los artistas muchas veces no cuadran en las Escuelas y Facultades de Arte (Dalí sin ir más lejos). Algunos no saben seguir normas, o no quieren seguir indicaciones. Si no hubiese unos criterios de evaluación y unos objetivos, no sabríamos a qué atenernos para hacer un trabajo. Si yo cambio los criterios según corrijo, no sería justa con todos los alumnos. Pero tiene que haber un espacio en el aula para la creatividad y la toma de decisiones personales.

Así podríamos tratar a este alumno; no te pondré un 10 en este trabajo porque te has saltado una indicación importante, pero sí un 8. He detectado que tienes una visión especial, y te explicaré por qué tu trabajo me parece bueno. Quizá juntos descubramos así un camino en el que tú te sientes cómodo y yo también porque creo que llegaremos a algún lugar nuevo. A lo mejor así descubrimos que tu forma de pensar es distinta y bien canalizada es genial. Esa es la riqueza de valorar la diferencia y ayudar a cada uno a pensar por sí mismo. Podemos abrir caminos que aún están por descubrir. Y si no, que se lo digan a Kandinsky.

2 comentarios:

--koldo-- dijo...

A veces, como bien dices, parece que en la enseñanza no hay lugar para la crítica y la innovación, cuando realmente es esa crítica y esa creatividad la que han hecho avanzar a la sociedad y la ciencia hasta el punto en el que estamos. Nos enseñan a seguir unas reglas (necesarias por supuesto), hasta que llega un día en el que descubres que, irónicamente, si quieres avanzar, tienes que saltarte muchas de ellas.

La razón es uno de los mayores privilegios con los que cuenta nuestra especie y realmente uno no aprende de verdad hasta que se cuestiona lo que le enseñan, hasta que en su cabeza enlaza un poco de cada cosa, de cada pedazo y de cada idea, hasta conseguir una propia concepción de lo que tiene delante.

Tú lo has dicho, es muy difícil encontrar un punto intermedio, como enseñar a seguir unas normas que sabes que a veces hay que romper, pero supongo que, como en todo, se necesita una vara para medir a todos, aunque lo ideal fuese una que midiese a cada uno.

Tal vez algún día en los enunciados de los libros de enseñanza añadan un anexo. "La innovación se puntúa, se creativo siempre que puedas". La sociedad no necesita más personas cuadriculadas, si no personas redondas.

Si bien el primero se merece el 10 por haberlo hecho tal cual se pedía. El segundo se merecería un 11 por haber decidido ir más lejos. Aunque por desgracia, como dices, no sería justo para aquellos que hacen las cosas como se piden.

Creo que lo valioso de una obra no es tanto lo bien hecha que esté, como lo que transmita.

Y a mi el segundo dibujo me transmite, y mucho. Creo que tienes un futuro artista en esa clase.

...nai... dijo...

:) Totalmente de acuerdo, Koldo. Tenemos que aprender las reglas para saltárnoslas si queremos avanzar, como bien dices.

Supongo que todo lo tenemos que aprender a su debido tiempo.

Me gusta mucho la expresión "personas redondas". A mí me encanta el poema "Las Personas Curvas" de Jesús Lizarro

http://agujetasmentales.blogspot.com.es/2008/10/las-personas-curvas-de-jess-lizarro.html

...que tiene mucho que ver con estas reflexiones nuestras. Muchas gracias por tu comentario. Me ha gustado mucho saber que has pasado por Agujetas.

¡te veo este finde! qué ganas!!

besos!!