martes, 22 de octubre de 2013

Una experiencia surrealista

El pasado domingo tuve una experiencia muy surrealista. Fui con dos buenas amigas a ver la exposición del Thyssen "El surrealismo y el sueño". Investigando en internet, resulta que a lo largo de los años es la primera exposición que se basa en el surrealismo y el sueño. 


Fragmento del cuadro "El arte de la conversación" de René Magritte. 1963


Los sueños son algo que fascina a más de uno. Cuando se dice que los artistas surrealistas pretendían plasmar visualmente sus sueños, uno tiende a buscar incansablemente en los cuadros esos rastros de la vida de los autores. Esa intrahistoria de cada uno. Pero, a la vista de esta exposición, es imposible. 

Claude Cahun. "Autorretrato". 1932


Nuestra mente tiene unas incurables ganas de ENTENDER. Necesitamos encontrar un sentido a todo aquello que tenemos delante. Así hemos ido evolucionando y descubriendo las leyes que rigen el mundo en que vivimos, y hemos conseguido vivir con un nivel de comodidad enorme en algunas partes del planeta. Necesitamos encontrar respuestas como locos. Los sueños, son una forma de encontrar respuesta a conflictos y contradicciones que hemos vivido a lo largo del día. Pero las leyes del mundo en el que vivimos durante el día, ya no rigen cuando perdemos la consciencia. Y en los sueños, todo es posible. 
 

"El arte de la conversación" de René Magritte
 
 Llevamos buscando respuestas en nuestros sueños, desde el principio de los tiempos, como parece transmitirnos Magritte en el cuadro "El arte de la conversación". Sin embargo, al abrir los ojos, traídos de vuelta al mundo por el repetitivo sonido del despertador, incuso recordando partes de nuestros sueños, nos cuesta mucho establecer la lógica de los sucesos que acabamos de visualizar. Hasta al propio soñador le vuelven loco sus sueños. Tanto, que hay personas que eligen ni siquiera acordarse de ellos. ¡Bastante tienen con sus otros dos tercios de vida!

Así que no hay nada más surrealista, que meterte en los sueños de otro. Como en la película "Origen", pero a lo bestia. Sin diseñadores, ni arquitectos ni nada que se le parezca. Uno se pasea por la exposición alucinado por las imágenes oníricas, pero intentando entender... Y no entendiendo nada. Así que te sientes un poco impotente ante tanta información y tan pocas conclusiones. Como en todas las exposiciones sobre surrealismo, encontramos cuadros de Magritte que nos dan un poco de oxígeno, y alimentan nuestros cerebros con algunas respuestas.
 
Me ha gustado mucho leer la revista digital que han preparado con motivo de la exposición, por algunos puntos que plantea.  
 
 
 
Hay obras de Dalí, Magritte y Dora Maar que me entusiasmó ver al natural, y algunos descubrimientos que me ha gustado encontrar allí. Y además de los cuadros, fotos y vídeos, me encantaron de la muestra los criterios escogidos para la organización de las obras

- Los que abrieron las vías (de los sueños). Antecedentes fundamentales, a modo de introducción.
 
- Yo es otro. Variaciones y metamorfosis de la identidad.
 
- La conversación infinita. El sueño es la superación de Babel: todas las lenguas hablan entre sí, todos los lenguajes son el mismo. 
 
- Más allá del bien y del mal. Un mundo donde no rigen ni la moral ni la razón.
 
- Donde todo es posible. La omnipotencia, todo es posible en el sueño. 
 
- El agudo brillo del deseo. La pulsión de Eros sin la censura de la vida consciente.
 
- Paisajes de una tierra distinta. Un universo alternativo que, sin embargo, forma parte de lo existente. 
 
- Turbaciones irresistibles. La pesadilla, la zozobra. 
 
"Papilla estelar". Remedios Varo
 
José Jiménez, el comisario de la exposición, pasó de fechas y de autores. Incluso obvió la división habitual por temática que muestran los cuadros, para adentrarse en las facetas de los sueños. Me parecieron unos criterios maravillosos... y muy surrealistas. Muchas veces, en un sueño nos despertamos contrariados, porque a veces tú no eres tú, y las personas a tu alrededor también cambian. Sabes que es tu hermano o un amigo, pero tiene la cara de otra persona. La identidad se disfraza en los sueños. Creo que la conversación infinita de los sueños, se puede identificar con el lenguaje visual. En el mundo onírico siempre mandan las imágenes. Y, por cierto, dicen que no para todo el mundo son en color. Hay personas que sueñan en blanco y negro. 
 
"Confesiones sin valor". Claude Cahun y Marcel Moore. 1929- 1930

Los últimos cinco criterios simplemente me parecen geniales. Describen el mundo de los sueños a la perfección. Más allá del bien y del mal. Un mundo donde no rigen ni la moral ni la razón. Es un lugar donde todo es posible. Y, además, mientras soñamos las reglas son otras y podemos nadar por el aire, respirar bajo el agua, o dar saltos kilométricos. Y, aunque es cierto que es un universo alternativo, forma parte de nuestro mundo en cuanto cerramos los ojos un rato. Un mundo donde la censura no existe en absoluto. Digamos que el mundo de los sueños es el mundo que compensa la excesiva censura a la que nos sometemos a nosotros mismos durante el día. Una vez nos permitimos perder el control, el otro extremo toma el mando. Y no siempre es tan maravilloso como nos gustaría. A veces toma el mando el deseo, y otras veces, lo toma el miedo. Podrían ser esas turbaciones irresistibles de las que habla la exposición. A veces huimos del miedo. No queremos reconocer que lo sentimos, y lo escondemos. Pero entonces sale a visitarnos por debajo de la almohada cuando desconectamos nuestra vigilia durante el sueño. A veces el miedo es tal, que nos despierta y nos trae de nuevo a la realidad, que nos puede parecer repentinamente mucho más amable. 
 
"Rompiendo el círculo vicioso" Remedios Varo

Salir del mundo de los sueños siempre trae consigo un momento de confusión. Un momento para darnos cuenta de que sólo fue un sueño. Lo bueno de los sueños, es que no podemos evitar tenerlos. No podemos evitar soñar y dejar que nuestra mente vuele. Aunque de día intentemos censurar nuestros pensamientos, siempre encontrarán una vía de escape. Y eso es esta exposición. Un montón de sueños que fueron revisados y plasmados en imágenes. Imágenes que soñaban con convertirse en obras de arte. Este sueño, se ha hecho realidad. Y salir de esta exposición es como despertar de un sueño.

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