El pasado domingo tuve una experiencia muy surrealista. Fui con dos
buenas amigas a ver la exposición del Thyssen "El surrealismo y el
sueño". Investigando en internet, resulta que a lo largo de los años es
la primera exposición que se basa en el surrealismo y el sueño.
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Fragmento del cuadro "El arte de la conversación" de René Magritte. 1963 |
Los
sueños son algo que fascina a más de uno. Cuando se dice que los
artistas surrealistas pretendían plasmar visualmente sus sueños, uno
tiende a buscar incansablemente en los cuadros esos rastros de la vida
de los autores. Esa intrahistoria de cada uno. Pero, a la vista de esta
exposición, es imposible.
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Claude Cahun. "Autorretrato". 1932 |
Nuestra mente tiene unas incurables ganas de ENTENDER.
Necesitamos encontrar un sentido a todo aquello que tenemos delante. Así
hemos ido evolucionando y descubriendo las leyes que rigen el mundo en
que vivimos, y hemos conseguido vivir con un nivel de comodidad enorme en algunas partes del planeta. Necesitamos encontrar respuestas
como locos. Los sueños, son una forma de encontrar respuesta a
conflictos y contradicciones que hemos vivido a lo largo del día. Pero
las leyes del mundo en el que vivimos durante el día, ya no rigen cuando
perdemos la consciencia. Y en los sueños, todo es posible.
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"El arte de la conversación" de René Magritte |
Llevamos buscando respuestas en nuestros sueños, desde el principio de los tiempos, como parece transmitirnos Magritte en el cuadro "El arte de la conversación". Sin embargo,
al abrir los ojos, traídos de vuelta al mundo por el repetitivo sonido
del despertador, incuso recordando partes de nuestros sueños, nos cuesta
mucho establecer la lógica de los sucesos que acabamos de visualizar.
Hasta al propio soñador le vuelven loco sus sueños. Tanto, que
hay personas que eligen ni siquiera acordarse de ellos. ¡Bastante tienen
con sus otros dos tercios de vida!
Así que no hay nada más surrealista, que meterte en
los sueños de otro. Como en la película "Origen", pero a lo bestia. Sin
diseñadores, ni arquitectos ni nada que se le parezca. Uno se pasea por
la exposición alucinado por las imágenes oníricas, pero intentando
entender... Y no entendiendo nada. Así que te sientes un poco impotente
ante tanta información y tan pocas conclusiones. Como en todas las exposiciones sobre surrealismo, encontramos cuadros de Magritte que nos dan un poco de oxígeno, y alimentan nuestros cerebros con algunas respuestas.
Me ha gustado mucho
leer la revista digital que han preparado con motivo de la exposición,
por algunos puntos que plantea.
Hay obras de Dalí, Magritte y Dora Maar que me entusiasmó ver al natural, y algunos descubrimientos que me ha gustado encontrar allí. Y además de los cuadros, fotos y vídeos, me encantaron de la muestra los criterios escogidos para la
organización de las obras:
- Los que abrieron las vías (de los sueños). Antecedentes fundamentales, a modo de introducción.
- Yo es otro. Variaciones y metamorfosis de la identidad.
-
La conversación infinita. El sueño es la superación de Babel: todas las
lenguas hablan entre sí, todos los lenguajes son el mismo.
- Más allá del bien y del mal. Un mundo donde no rigen ni la moral ni la razón.
- Donde todo es posible. La omnipotencia, todo es posible en el sueño.
- El agudo brillo del deseo. La pulsión de Eros sin la censura de la vida consciente.
- Paisajes de una tierra distinta. Un universo alternativo que, sin embargo, forma parte de lo existente.
- Turbaciones irresistibles. La pesadilla, la zozobra.
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"Papilla estelar". Remedios Varo |
José Jiménez, el comisario de la exposición, pasó
de fechas y de autores. Incluso obvió la división habitual por temática que muestran los cuadros, para
adentrarse en las facetas de los sueños. Me parecieron unos criterios
maravillosos... y muy surrealistas. Muchas veces, en un sueño nos
despertamos contrariados, porque a veces tú no eres tú, y las personas a
tu alrededor también cambian. Sabes que es tu hermano o un amigo, pero
tiene la cara de otra persona. La identidad se disfraza en los sueños.
Creo que la conversación infinita de los sueños, se puede identificar con el lenguaje
visual. En el mundo onírico siempre mandan las imágenes. Y, por
cierto, dicen que no para todo el mundo son en color. Hay personas que
sueñan en blanco y negro.
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"Confesiones sin valor". Claude Cahun y Marcel Moore. 1929- 1930 |
Los últimos cinco criterios simplemente me parecen
geniales. Describen el mundo de los sueños a la perfección. Más allá del
bien y del mal. Un mundo donde no rigen ni la moral ni la razón. Es un lugar donde todo es posible. Y, además,
mientras soñamos las reglas son otras y podemos nadar por el aire,
respirar bajo el agua, o dar saltos kilométricos. Y, aunque es cierto
que es un universo alternativo, forma parte de nuestro mundo en cuanto
cerramos los ojos un rato. Un mundo donde la censura no existe en
absoluto. Digamos que el mundo de los sueños es el mundo que compensa la
excesiva censura a la que nos sometemos a nosotros mismos durante el
día. Una vez nos permitimos perder el control, el otro extremo toma el
mando. Y no siempre es tan maravilloso como nos gustaría. A veces toma el mando el deseo, y otras veces, lo toma el miedo. Podrían ser esas turbaciones
irresistibles de las que habla la exposición. A veces huimos del miedo.
No queremos reconocer que lo sentimos, y lo escondemos. Pero entonces sale a
visitarnos por debajo de la almohada cuando desconectamos nuestra vigilia
durante el sueño. A veces el miedo es tal, que nos despierta y nos trae
de nuevo a la realidad, que nos puede parecer repentinamente mucho más
amable.
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"Rompiendo el círculo vicioso" Remedios Varo |
Salir del mundo de los sueños siempre trae consigo un momento de confusión. Un momento para darnos cuenta de que sólo fue un sueño. Lo bueno de los sueños, es que no podemos evitar tenerlos. No podemos evitar soñar y dejar que nuestra mente vuele. Aunque de día intentemos censurar nuestros pensamientos, siempre encontrarán una vía de escape. Y eso es esta exposición. Un montón de sueños que fueron revisados y plasmados en imágenes. Imágenes que soñaban con convertirse en obras de arte. Este sueño, se ha hecho realidad. Y salir de esta exposición es como despertar de un sueño.